domingo, 13 de septiembre de 2009

SAFARIZANDO LA VIDA

Fue en ese momento, cuando la adrenalina explota en la sangre, cuando te inundas de olores….
Aceite.
Calor.
Campo.
La bandera Argentina cayo….
Los leones rugieron y dio comienzo la vida.
La ignorancia de lo que vendrá freno mi exaltación, tenia una vida a recorrer.
Sabía que no era una paloma y que no seria el cielo quien me diría como llegar.
Se cruzo un sinnúmero de Jarillas que me vieron pasar y otras que sufrieron, por estar aferradas al suelo que yo debía pisar, mi arrogancia no les presto atención, no eran fuertes, limitadas a su suerte.
Deje de gatear cuando vi el primer cañadón, me puse de pie y el Matasebo estallo en mi mente descubriendo el poder que tenia en mis manos.
Aun soberbio me dio a pensar que nadie con ese nombre me detendría y lo cruce.
Y me encontré con la angustia, nadie lo había vencido.
Suspiro.
Sabor amargo vencer lo virgen con arrogancia y soberbia.
En adelante conocí el respeto. Fue el Piquillín, cuando estaba perdido y me dijo, mostrando el musgo de su lado oscuro, donde estaba el norte y madure.
El camino se torno más suave, plano, limpio, verde, perfumado, sediento y grande, muy grande.
Solo.
Monte.
Sol.
Arena.
Chañar.
Amigos.
Asados.
Luchas.
Grasas.
Sudores.
Miedos.
Luces.
Sonidos del silencio.
Bandera a cuadros.
Palmas.
Euforia.
Brindis…….. y la calma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario