SAFARIZANDO LA VIDA
Fue en ese momento, cuando la adrenalina explota en la sangre, cuando te inundas de olores….
Aceite.
Calor.
Campo.
La bandera Argentina cayo….
Los leones rugieron y dio comienzo la vida.
La ignorancia de lo que vendrá freno mi exaltación, tenia una vida a recorrer.
Sabía que no era una paloma y que no seria el cielo quien me diría como llegar.
Se cruzo un sinnúmero de Jarillas que me vieron pasar y otras que sufrieron, por estar aferradas al suelo que yo debía pisar, mi arrogancia no les presto atención, no eran fuertes, limitadas a su suerte.
Deje de gatear cuando vi el primer cañadón, me puse de pie y el Matasebo estallo en mi mente descubriendo el poder que tenia en mis manos.
Aun soberbio me dio a pensar que nadie con ese nombre me detendría y lo cruce.
Y me encontré con la angustia, nadie lo había vencido.
Suspiro.
Sabor amargo vencer lo virgen con arrogancia y soberbia.
En adelante conocí el respeto. Fue el Piquillín, cuando estaba perdido y me dijo, mostrando el musgo de su lado oscuro, donde estaba el norte y madure.
El camino se torno más suave, plano, limpio, verde, perfumado, sediento y grande, muy grande.
Solo.
Monte.
Sol.
Arena.
Chañar.
Amigos.
Asados.
Luchas.
Grasas.
Sudores.
Miedos.
Luces.
Sonidos del silencio.
Bandera a cuadros.
Palmas.
Euforia.
Brindis…….. y la calma.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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