miércoles, 28 de octubre de 2009

Carta de una madre a su hijo.

Desde que se empezaron a conocer mis escritos, a muchos vecinos y amigos, les ha entrado el deseo de que se conozcan sus historias también. Algunos me cuentan episodios realmente increíbles y es verdad que la ficción jamás podrá superar a la realidad. Uno puede tener una brillante imaginación, pero les aseguro, al menos en mi pueblo, hemos superado lo imposible.
Hace un tiempo me encontré con un amigo de la infancia, que por motivos de trabajo se fue de Beltrán, en principio me agradeció por hacerle recordar su infancia y después me dio una carta que recibiera de su madre, como para que yo escribiera una historia. Después de haberla leído creo que hay cosas que no deben modificarse, porque son obras de arte y si las retocas es muy posible que la estropees. Me limito entonces a transcribírselas para que la disfruten.

Querido hijo:
Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer de prisa.
De todos modos te cuento que nos han cortado el te, pero tu padre recién fue hasta la casa del vecino para llamarte desde allí, pero no te preocupes porque llevo nuestro aparato para que no gaste.
El otro día tu padre leyó que según las encuestas, la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene hasta una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno.
El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces.. La primera vez por 3 días y la segunda por 4.
Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo.
El médico vino a la casa para ver si estábamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre se ofreció a comprarle el tubito. Hablando de tu padre, qué orgullo, te cuento que tiene nuevo trabajo con cerca de 1000 personas a cargo. Lo han ocupado de sereno en el cementerio del pueblo.
Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebé es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy rarollamar a su hija 'Mamá'.
Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella.. La Pilarica dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla.
No sabes lo contento que esta desde que tenemos en la Asociación Española, nuestro propio Circulo Italiano.
Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen.
No se si sabias que tu padrino se ahogó en la cooperativa de vino en un tanque de Reserva Choele Choel, varios hombres trataron de salvarlo, pero él luchó valientemente contra ellos. Tardaron 3 días en apagar el fuego cuando lo cremamos.
Debo decirte que el tío Noé esta cada día mas bruto, lo encontré el otro día y le pregunte como anda eso y de muy mala manera me respondió que no sabe, que el vende YPF
A quien nunca hemos visto más por aquí es al tío Venancio, el que murió el año pasado.
Y tu hermano Juancho no puede ser mas despistado… Cerró el coche y dejó las llaves adentro cuando lo acompañe a comprar una batería porque le dijeron que tenía que traer la vieja. Tuvo que ir hasta la casa a buscar el duplicado para poder sacarme de adentro del auto.
Todos te extrañamos mucho, pero mucho más desde que te fuiste. Tienes que escribirnos contándonos que tal te va con tu nueva novia extranjera, no sabes como nos pusimos de contentos cuando nos dijiste que estabas en la cama con Hepatitis, ¿es acaso griega? pues no nos lo aclaraste aún.
Bueno mi hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia gallega que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio.
Esta carta te la mando por Manolo que va mañana por allí. A propósito, ¿puedes ir a buscarlo a la terminal?
Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; si no la ves, no le digas nada.
Tu madre que te quiere.

Isabel Martines de Hernández

P.D. Te iba a mandar 100 pesos, pero ya he cerrado el sobre.

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