domingo, 26 de septiembre de 2010

Chiva Vieja.

Sombreando abajo del sauce donde casi siempre me cagan los pájaros, espero siempre lista que me saquen a pasear. De aburrida que estaba me vinieron a la memoria los años pasados.
Estaba en la vidriera de un negocio del ramo en Pedro Luro en el 89 y por allí lo veo a Norby que me miraba fijamente, como buscándome algún detalle. Se fue con otros señores a la oficina y uno me saco a la vereda. Estaba lindo el día de primavera. Norby me monto y no dejaba de sonreír, creo que se pellizcaba, como si no lo pudiera creer porque era nuevita y me habían fiado. Me conto que me había soñado muchas veces y que había visto a mi hermana gemela en Choele hacia como un año pero que no le había dado el cuero para comprarla. Despacito y por la orilla como sulqui sin patente, me fue a cargar comida en la mochila. Y así nos vinimos a Beltrán. Cuando llegamos parece que a la mujer mucho no le gustó la inversión y le dijo si me iba a pagar después del juicio o con cárcel. Norby no le dijo nada, estaba más contento que chancho en el barro. Desde ese día no nos separamos. Un primo lejano, el que usa Norby para correr, se prendía atrás mío y salíamos todos. En Valcheta lo tuvimos que ir a buscar adentro del monte y me ralle todas las costillas con los alpatacos y chañares, yo no entendía nada, como vine a caer en estas manos. Con el tiempo las cosas se pusieron más duras. Norby se enoja cuando lo critican por cómo me trata, pero dice que soy una herramienta, pero yo sé que me quiere, como no me va a querer con todo lo que hemos compartido, por eso nunca lo dejo.
Si habremos viajado juntos. A veces medio que se dormía y me ponía en la banquina pero me las rebusque para que no me ponga de poncho. Después en los corrales me tocaba arrastrar carros con alimento para los novillos, muchas veces en el barro me tocaba y me daba contra un poste del alambre y algún novillo me topaba, por eso quede overa. Y cuando me enganchaba el carro y lo cargaba de novillos, se me calentaban las patas en la piedra para poder salir. Por eso mi corazón no aguantó. Me lo extirparon con Petaca y me trasplantaron otro que comía alimento más barato, pero que no me llevaba igual. El donante era de Valcheta. Termine tirada en el chapista como dos años. Al final me plancharon pero no me maquillaron y aun hoy se me ven las cicatrices de esos tiempos. Me fue a buscar con mi primo el de carreras, por fin una vez el que hizo fuerza fue él. Un día me engancharon el carro con fardos y nos fuimos a Ramos Mexia con Norby y Toni. Yo tenía algunos problemas de motricidad y no aguante el calor con saco. Me abandonaron en medio del campo y después vinieron con El Goma Mario Sánchez con el remedio. A los corrales no volvimos mas, pero con mi primo el de carreras empezamos a salir de nuevo y el que lo montaba no era Norby. A él sí que le habían hecho cirugía mayor, casi no lo conocía más y encima tenía que llevarlo más lejos para que corra. Una vez nos subieron a pasear en tren hasta Bariloche y me conto que Norby no lo manejaba mas, que era Toni el que lo manejaba y que lo trataba mejor que Norby pero que ahora con la cirugía que le habían hecho andaba más rápido. El que primero le metió electrodos y amoladora fue el Ruso Dietrich y después entre el Flaco Muñoz, Toni y Norby, lo dejaron de puta madre. Esa vez de los Andes al mar anduvimos. Un día otra vez en Valcheta me tuve que meter al campo a sacarlo porque se le había agarrado el corazón, ese día si me asuste, pensé que Norby estaba loco por donde me había hecho meter y él me felicitaba. Muchas veces lo escuche gritar dándome animo ¡Vamos chiva vieja nomas! Y por esas cosas me gane el cariño de todos. Con Giulia nos conocimos en un incendio de campo. Norby nos había dejado solos y el fuego se nos venía. Corajuda la negra, no me había montado nunca, voleo la pata y salimos cagando. Desde ese día se animo a salir sola conmigo. Con la que siempre me hago la chancha renga es con Andrea, porque ella nunca me quiso mucho y siempre está pensando en cambiarme y a mí me da bronca, por eso muchas veces la dejo a pie. Hay cosas que hicieron conmigo, todos, porque no se salva ninguno, que mejor ni me acuerdo porque van a decir que soy una alcahueta. Los años me están dejando vichoca pero Norby siempre dice que no importa la pilcha mientras tenga la panza llena, porque no se juzga al libro por su portada. Yo sé, porque lo escuche que un día me van a llevar para que me hagan de todo y me dejen como era antes de jovencita. Porque soy como de la familia y ellos me conocen las mañas, por eso yo espero tranquila sombreando bajo el sauce, aunque me caguen los pájaros.